
Grabado que muestra a Josías matando a los adoradores de Baal. Josías, rey de Judá (641 a 609 a.C.) promovió una gran reforma religiosa, que fortaleció el Yahvismo y persiguió a los cultos foráneos, tachándolos de idólatras. La reforma religiosa de Josías al último resultaría inútil, porque su capital, Jerusalén, caería en manos del Imperio Caldeo pocos años después, en 587 a.C., y el Yahvismo perdería su Estado Nacional y su Templo.
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