
Pintura que muestra a los mártires cristianos siendo crucificados en Japón. A finales del siglo XVI, el catolicismo había hecho progresos significativos en la sociedad japonesa, pero el Gobierno, temiendo que éstos se transformaran en punta de lanza de una invasión occidental, prohibió la religión y ordenó la ejecución de los católicos que persistieran en la fe.
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