Fotograma de la película "Los diamantes son eternos". Después del relativo fracaso de "007 al Servicio Secreto de Su Majestad", los productores prescindieron de George Lazenby como Bond, y llamaron de regreso a Sean Connery. Este intentó librarse pidiendo un millón de dólares, una suma exhorbitante para un actor en esa época, y para su estupor, se los pagaron. De manera que así interpretó a James Bond por sexta vez en el cine.
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