El Emperador romano Valeriano se arrodilla frente al monarca sasánida Sapor I. En 260, sasánidas y romanos libraron la Batalla de Edesa, en que por única vez en la historia romana, uno de sus Emperadores fue capturado por el enemigo. Las versiones sobre el destino final de Valeriano difieren, pero todas concuerdan en que murió sin jamás recobrar la libertad. Con todo, debido al contraataque del árabe Odenato, leal a Roma, Sapor no pudo aprovechar su victoria.
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